Gancho

Qué le vamos a hacer, la menda tiene encanto. Tanto que el pasado, se le traba en los pies. Y para eso hemos buscado una solución de dieciséis ruedas. Ocho para ti y ocho para mí. Así, nos darnos las “obleas” que tengamos que darnos, pero no será quien nos las de el pasado.

De tu gancho no voy a hablar, porque además de no ser quién, ya no importa. Sin palabras demasiado grandes y poco a poco, notarás como cada día tendrás un motivo (grande o pequeño) por el que sonreír. Y es así la única forma de hacerte feliz que yo tengo. Lo demás, claros despropósitos en potencia a las mentes despiertas.

Anoche me dormí pensando en lo aburrida que es la rutina, y el no hacerse preguntas. A mí me gusta hacer preguntas cuyas respuestas me son inpronosticables. Y me gusta hacérmelas sobre ti y que me las hagas, y que lo hagas siempre. Que mis ojos pregunten cada dos por tres porqué no puedo verte siempre que quiero, me recuerda lo valiosa que eres.

1 Disquisiciones :

MâKtü[b] dijo...

Me encanta hacer preguntas y que me pregunten, y no me importa que no tengan respuesta, me basta con escuchar la interrogativa...lo que me asusta es no tener nada que decir

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