San Juan

Eres lo que más quiero y lo que más he querido. Hace poco incluso, llegué a la conclusión de que también eres lo que más querré. Y no contemplaba en todos estos hechos ningún margen de error, o posible equivocación ni arrepentimiento. Tal vez parezca precipitado. Seguramente lo sea. Pero no me importa. No me importa porque eres lo que quiero. Y es eso lo que quiero. Quiero quererte siempre como lo hago cada día. Y no tener que decírtelo. Quiero hacértelo. Comerme tus piececitos y que se te ponga esa cara de loca. Que respires profundamente en mi hombro, y que nunca dudes que sin ti no sería lo que soy. Porque nada ni nadie lo consiguió antes. Por nada me ilusioné tanto, ni en nada confié tanto. Como en ti, como por ti. Y comiéndote pasan los días. Y pasan las cosas. Pero pase lo que pase, no quiero dejar de hacerlo. Porque si no te como, el hambre generará delirios. Y esos delirios nos harán daño. Lágrimas o cosas tontas, dichas como si nada. No queremos eso. Acércate, y mírame a los ojos. No te has enterado todavía. Que te quiero. Y lo haré con más locura cada día, sea verano o invierno. Sea de noche o de día. Viento en popa o a contracorriente. Siempre. Te quiero.

2 Disquisiciones :

Constanza Nivón dijo...

<me encantó... todo lo que somos se construye con cada momento, que padre que los vives con todo el corazón... me encantó

Anónimo dijo...

Qué maravilla de texto, de sentimientos y de forma de expresarte.

Aunque no me publiques este comentario, al ser anónima y escurridiza, quiero decirte que escribes precioso. Me encanta.

Espero que en la noche de San Juan hayas quemado los malos recuerdos o sentimientos, y hayas pedido muchos otros buenos, para que se te cumplan todos.

Un beso silencioso...

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