νομάδε

Se aglutinaban los finales de todos los sueños de una larga noche, cuando espontáneamente me desperté. Entreabrí los ojos y esa bruma matutina me hizo volver a verlo claro. Yo seguía luchando por mis sueños, aunque ni siquiera fuese a poder rozarlos. Seguramente, por hacer todo lo contrario para conseguirlos en mi lucha. Sólo alguien supo entenderlo, y le culpé por eso. Ahora nadie los entiende, y me hundo entre ellos. Qué daño hacen algunos hipócritas cuando te expones a ellos. Quién me mandaría a mí salir ahí fuera, donde todo se lo inventan para alardear, por no quedarme en mi buen retiro aguardando el final. La llegada. El verdadero cambio. Tal vez ya esté caducado, yo mismo. O tal vez sean mis ideas extrañas. Pero es lo que se deduce cuando teniendo los contextos A, B, C y D todos ellos cumplen los mismos atributos. A cada cual con mayores expectativas de resolución positiva, y sin embargo sólo espejismos a mentes triunfalistas. Hundidos por más increíble que parecía, unos tras otros descienden a contextos inaccesibles para su no retorno. Ni falta que hacen, pensaría. Y es cierto. Pero no sé qué o quién me hace empeñarme en buscarlos. Si cuando nómada, no mas fiel compañero que viento.

4 Disquisiciones :

Celia dijo...

Siempre me cuesta entender de lo que hablas... pero me encata tu forma de escribir!

en las nubes dijo...

El viento nunca te abandona, al menos en Zaragoza ;)

Anónimo dijo...

Es mejor salir al mundo que quedarse esperando viendo como pasa la vida a tu lado... creo yo. Aunque sea cruel y duro, y sea mucho mas fácil y "bonito" quedarse sentado... hay que arriesgarse y saltar por la ventana. Merece la pena.

;)

Que tengas un buen día.

Besos misteriosos.

MâKtü[b] dijo...

Y cuando retomo el blog siempre paso por aquí porque se que no me fallaras nunca. Hasta enfadarte lo haces bonito ^^

Saludos!

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