Pompas
Nos habíamos mirado. Demasiado lejos para que lo reconociese, pero le estaba sonriendo. Me acerqué como siempre, y la agarré con muchísima fuerza. Luego me preocupé por si le habría hecho daño, pero el objetivo era que no se escapase. La atrapé y le besé la boca. En un día tan frío, nuestro escondite se construye sólido. Porque aunque en "verano" fue tan solo frágil jabón, nuestra pompa a estas alturas del año es sólida...
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