11 A
Incluso cuando estás de mal humor. Te descalzaría. No era mi debilidad. Pero ahora ERES mi debilidad. Me vuelven loco hasta tus pies. No exagero. Adoro darte un masaje mientras ves la tele. Me encanta la cara que se te queda. Aunque odio la que se me queda a mí. Si pudiera me comería cada uno de tus dedos. No lo descartes. Pues aún puedo seguir intentándolo. Como con eso con el resto. De los pies a la cabeza. Estremecerte. Acariciarte, con mis labios. Colarme por debajo de mi pijama. Ahora tuyo. Que después descansó en mi armario de nuevo. Sin lavar. Dos semanas. Con tu olor. Y mi nariz visitándolo cada noche. Como ésta, en la que ahora es mío. Y dentro del que me voy a ir a la cama. A soñarte feliz. La más feliz. Con esa sonrisa, sin la que no despertaría...
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
11 Disquisiciones :
¿Te gusta el rojo?
;)
Mal estaría quien no quisiera que le pensaran de esa manera...
que bonita es esta sensación, disfruta mientras puedas del amor.
Me encanta, en estos momentos en los que mi pijama hace tiempo que perdió el poco aroma que lo empapaba, este escrito me devuelve fuerzas...
Bsos y gracias por compartir ese amor que tienes y sientes, en estos tiempos, esto es importante.
Enhorabuena
Los masajes suelen acabar muy bien... (;
ohh me encanta el texto! :D
pd. pues sí, pero a ver qué pasa con los exámenes... y es normal, no se nos puede dar todo bien :)
¿comerte sus dedillos?
eso no es canibalismo? ;D
Adoro tanto como envidio esa debilidad.
Gracias por leerme con frecuencia :3
Es precioso :)
Yo también huelo pijamas días y días después :)
Me gusta tu post, y tengo una alfombra con esos mismos colorines.
Un beso
Me entró la nostalgia, has expresado lo que yo he sentido, alguna vez... con alguna chica... en algún depa... en alguna vida.
Publicar un comentario