Uno y ninguno.
Cargo desde hace tiempo con mi rostro pegado al cráneo y mi sombra cosida a los pies, y todavía no he logrado comprender cuál de las dos cosas pesa más. Aunque a veces experimento el impulso irrefrenable de despegármelos, colgarlos en un clavo y quedarme allí, sentado en el suelo, como una marioneta a la cual una mano piadosa ha cortado los hilos...
2 Disquisiciones :
Acabas de mostrarme algo hermoso, por eso me gusta pasar por aqui... preciosa ^^
Besos!
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Un beso
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